Es frustrante. Haces todo “bien”: evitas la comida chatarra, preparas tus comidas, tomas agua… y aun así, la báscula no se mueve. ¿Te suena familiar? No estás sola.
En Julia, lo vemos todos los días: mujeres que se cuidan, pero sienten que su cuerpo no responde. Y no es por falta de esfuerzo. Es porque el peso no depende solo de lo que comes. Vamos a explicarlo.
¿Te encantan las papas y el arroz pero te preocupa la glucosa? Tranquilo, no tienes que renunciar a ellos. Enfriarlos y recalentarlos transforma su almidón, haciéndolos más amigables con tu azúcar. Acompáñalos con proteína, grasas saludables, un chorrito de vinagre o cambia el orden en el que los comes para reducir los picos de glucosa. Comer inteligente también es disfrutar sin culpa.
La dieta Keto y la de las Zonas Azules ofrecen beneficios distintos. Mientras la Keto favorece una rápida pérdida de peso al reducir carbohidratos y aumentar grasas, las Zonas Azules priorizan una alimentación basada en vegetales, legumbres y granos integrales, asociada con longevidad y salud sostenible. La mejor elección depende de tus metas: ¿resultados rápidos o bienestar a largo plazo?
Ozempic (semaglutida) y Mounjaro (tirzepatida) nacieron como tratamientos para la diabetes tipo 2, pero hoy son conocidos por su capacidad para ayudar a perder peso. Ambos regulan el apetito y prolongan la saciedad, aunque Mounjaro podría mostrar resultados más rápidos.